Siento tus manos revolotearme el cuerpoY como el swicht de una bombilla,
enciendes mi aura
Mi luz,
mi fuego,
mi deseo,
mis ganas,
mi esencia pecaminosa
El morbo y mi cuerpo alzan como bandera mañanera toda su excitación
Cubres mis ojos con un pañuelo negro mientras besas mi oreja
Mordisqueándome el cuello, unes mis manos en la espalda y me arrastras a Tì.
Reposas mi cuerpo sobre el lecho recién ordenado del amanecer de las praderas
Y una piedra de hielo sacas como por arte de magia
Dejando que gota a gota el agua caiga entre mis labios como orvallo en el río
Abriendo un camino que desciendes e a mis senos erectos
Hielo que se derrite poco a poco en el cuerpo ardiente de esta que te apetece.
Brisa fresca
Viento suave
Hálito que exhalas
Céfiro mañanero
Racha de pasión con que me envuelves esta pradera de primavera
Retomar de juegos, traquetear de dedos que escudriñan
Mis grutas humedecidas
Salpicadas de tu sudor en forma de rocío
Empapada de tu saliva que brota y se mezcla con la mía
Permeable de ese deseo que me penetras desde tu más irreverente ansia.
Sobre este manto verde humedecido por la alborada
Despierta frenética esta fiera que sobre ti desea ser mancillada
