Cuando las miradas se cruzan en el horizonte de nuestros cuerpos
Las palabras silencian y los besos son el dialogo del deseo
Las manos se convierten en el pincel con los que cubrimos la tela
nuestros ojos se cierran a la magia del trazar la líneas
que ondean en el deseo.
Cada palpitar acelerado ante la cercanía
de una piel que vibra repleta de sensualidad,
Caricia convertida en furia, tomando fuerza como guerrero
que se apronta al combate por enterrar la daga de su gallardía.
Las palabras sobran ante la mirada que incita e insinúa
que jadean ante el velo de pasión que nos cubre
Descifrar de anhelos en cada roce de nuestros pechos
Mientras muerdo levemente tu oreja y murmullo mis deseos
Entre las sombras solo una nos pertenecen,
nuestros cuerpos en una danza mística al abrigo de la luz
arde levemente forman una sola silueta
Eel deseo arquea mi espalda mientras tus manos me sostienen
Desciendes cada vez más a la cúspide del candente manantial
Los aromas se confunden tornando los suspiros en leves gimoteos
sorbes del néctar que brota en el ondular de mi vientre
Que se agita con furia de mar, bamboleada por el viento
Nuestras sabanas impregnadas del sudor de nuestros cuerpos
Desaliñadas ante el arrugar de mis manos complacidas de lujuria
Silencio las palabras tan solo consigo verbalizar el murmullo del placer.
