En mi pecho palpitante, el yelmo envolvente
Le ha cubierto silenciosamente
En mi mirada tu rostro como sánscrito
Nacido del repliegues de las olas
Fuerte como oleaje encrespado
En ese amanecer que descubre la floresta
Entre el lago de cisnes a nuestra espera
La luz del sol marca camino
Manos que se hacen fortaleza
De un sentir que se expande
Y hoy mas que nunca el te quiero
Se convirtió en te amo
Y sin duda es a ti Paulo al que grito
En el silencio, en la piel, en el alma
Que te convertiste en sosiego en el hombre que amo.
viernes, 5 de marzo de 2010
Es a ti Paulo al que murmullo....
en un mismo deseo y un mismo sueño.