No se si decirte que las noches más lejanas en mis pensamientos
Son aquellas donde el miedo y la soledad habitan entre las paredes de mi cuarto
La soledad y el miedo son hermanos y van siempre juntos de la mano
Convirtiéndose en la cara y cruz de la moneda
Ese miedo que nos templa el alma talvez sea miedo a nosotros mismos
El temor del rechazo, del abandono, de que jamás nos miren
Son temores que se despiertan ahogando la razón ante los desafíos de la vida
Es el temor palpitante, extraviado en nuestro corazón de sentirnos solos
De tomar las riendas de nuestras vidas
De volver al camino solos, sin una mano que tomar
De mil sueños inconclusos a la espera de un buen amar
Miedo de mirar de frente quitándonos la venda del pasado
Que nos carcome el alma y silencia el corazón y que ahoga la razón
No existe en el mundo alguien que diga que vive en soledad
A no ser el ermitaño, que en el silencio de la montaña descubrió la poesía
Va el hombre desahuciado de amor, buscando paso a paso equilibrar sus días
Sentir de nuevo el calor de unos brazos que le arropen
Que las sonrisas broten de nuevo de su interior entristecido
Imbuirse en la esperanza que brota del corazón
Sin percatarnos que la riqueza del alma y corazón
No esta en los recovecos de las calles, pero si en nuestro interior
Que no estamos encarcelados en el cuarto de la soledad